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jueves, 26 de marzo de 2015

DE TARNA A PUERTO DE LAS SEÑALES



Parece ser que la primavera ya llegó, ya aparecieron las primeras flores, los árboles ya dejan asomar los primeros brotes, los días ya son más largos, pero el invierno parece que no nos quiere dejar, otra vez vuelve a nevar.
Hace unas semanas el invierno nos dio una pequeña tregua y apareció el sol, hacía calor y nos apetecía una excursión en coche, de esas que hacemos de vez en cuando. Esos recorridos son como una necesidad de escapar, recorrer km y km y no parar nada más que donde las emociones nos detengan. Ese día nos apetecía escapar.
¿Mar o montaña? Aquí en Asturias esta es la pregunta que nunca falta cuando decidimos salir. Esta vez la cosa estaba clara, montaña, queríamos ver nieve, ver todos los días el horizonte nevado a lo lejos nos llamaba y queríamos aprovechar el día de sol para hacer unas fotos en la nieve. Después de descartar  varios lugares decidimos dirigirnos hacia el puerto de Tarna, no hacía mucho el puerto había estado cerrado y posiblemente aún hubiese mucha nieve.


Tomamos carretera dirección a Langreo, pasamos Laviana, Sobrescobio y Campo de Caso y enseguida nos vimos en el pueblín de Tarna, parada obligada. El pueblo aún tenía calles cubiertas por la nieve, la mayoría de las casas estaban cerradas pero la gente había acudido a ver la nieve, los niños aprovechaban para jugar con ella. Nos encontramos con unos excursionistas que habían intentado ir hasta la cascada del Tabayón del Mongallu, pero la posibilidad de perderse por no poder seguir la senda les había hecho desistir del intento.


Nosotros decidimos seguir puerto arriba hasta Tarna (1490 m), la carretera estaba limpia de nieve, solo el problema de un pequeño argayo, (creo que tardarán en arreglarlo, desde la salida de Campo de Caso la carretera parece de otro siglo). Según íbamos tomando altura se abría el valle y las vistas se hacían más bonitas, cuando llegamos al alto, espectaculares. ¡Qué maravilla! La carretera estaba limpia pero todo alrededor nieve, estaba hermoso, un sol radiante reflejándose en la nieve daba una luminosidad especial. 


Ya estaba decidido, nos quedaríamos allí, no queríamos más, había que disfrutar de aquellos parajes y de la cantidad de nieve impresionante que todavía había. 


Había bastante gente deslizándose con trineos, otros llegaban con esquís dispuestos para disfrutar la jornada deslizándose por aquellas pequeñas lomas. Un par de montañeros bien equipados de esquís y raquetas llegaban de una travesía nos hablaban de la muy buena calidad de la nieve para caminar con raquetas y deslizarse con los esquís, venían de lejos. Nosotros cominos al calor del sol y pisamos un poco la nieve hasta que vimos la imposibilidad de caminar por ella sin hundirnos, fue entonces que decidimos que nuestra única posibilidad era caminar por la carretera. 


Tomamos carretera al puerto Las Señales (provincia de León), aprovecharíamos para disfrutar del paisaje y hacer unas fotos, las vistas durante todo el trayecto espectaculares, a lo lejos pudimos ver los picos más altos de los Picos de Europa. 


En el alto de Las Señales  (1625 m) había bastante gente haciendo aún sobremesa a la orilla de la carretera (mejor dicho en la misma carretera). Allí había mucho más acúmulo de nieve y estaba más compacta y helada, tanto es así que hasta alguien había hecho sus pinitos fabricando un pequeño iglú que en aquel momento disfrutaban los niños, los no tan niños al llegar allí no resistimos la curiosidad de vernos dentro de él.


El sol ya estaba cayendo y el fresco ya se notaba, había que dar la vuelta, disfrutando del mismo paisaje pero con otra luz y otras sensaciones. Nos marchábamos llenos de energía, emociones y sensaciones y con un montón de fotos de las que poder disfrutar en cualquier momento. 




martes, 23 de septiembre de 2014

UN LUGAR PARA ESCAPAR



Ya dejamos atrás las vacaciones, pero a pesar de todo, a pesar de que no hace mucho que las dejamos atrás, necesitamos un cambio, una pausa, un desconectar del mundo, encontrarnos con la naturaleza, escapar y perdernos por los caminos, sentir nuestras pisadas y saber que estamos aquí y que necesitamos tomar conciencia de que somos los mismos de siempre pero que nos dejamos arrastrar por los que dirigen este mundo, que hace poco que terminamos nuestras vacaciones y ya nos damos cuenta que estamos atrapados. 





Con qué facilidad nos engulle este mundo creado para que dejemos de existir, con qué facilidad y sin darnos cuenta dejamos de pensar en nosotros mismos, con que facilidad nos llevan los que nos dirigen hacia lo que quieren que pensemos y opinemos, hasta que un día tenemos la suerte de encontrar un minuto para pensar y sentimos que necesitamos estar solos, solos con la naturaleza, solos con nosotros mismos, que necesitamos poner los pies en la tierra, que necesitamos tomar conciencia de que lo realmente importante en esta vida somos nosotros, que lo único que necesitamos es querer y sentirnos queridos, de sentirnos felices con las pequeñas cosas que tenemos, ese día decidimos escapar, buscar un lugar cercano y tranquilo y solamente pedimos tener un lugar donde poder dormir tranquilamente, ver las estrellas y tener paz.
 

Cerca de donde nos encontramos y sin necesidad de ir muy lejos, seguro podremos encontrar un lugar para no pensar, un lugar para estar con nosotros mismos. Hoy sueño con un lugar en la montaña, a cada cual le apetecerá el suyo, yo me veo en plenos Picos de Europa, en CAMARMEÑA, una aldea con sus casas colgadas de la montaña, una aldea del municipio de Cabrales. 


Me sueño allí viendo caer la tarde con el Urriellu enfrente de mí, viendo como los últimos rayos de sol se reflejan en él haciendo resaltar sus tonalidades anaranjadas. Me sueño allí observando como al caer la tarde aparecen planeando en el aire las águilas con su vuelo tranquilo diciéndonos que hay silencio y tranquilidad, que se acerca la noche y estamos solos. Me sueño allí  en la oscuridad de la noche sin otro sonido que el de los grillos y disfrutando de las estrellas. Me sueño allí en sueño profundo, tranquilo y reparador. Me sueño allí despertándome con las primeras horas del día y ver que allí está el Urriellu con otra luz y otro color. Me sueño allí … y me siento feliz, no existe nada más que lo que tengo a mi alrededor, esa naturaleza que me dice que soy pequeño e insignificante ante la grandiosidad de lo que me rodea, esa naturaleza que me dice que disfrute, me serene y que soy yo quien vive aquí, que soy importante porque puedo disfrutar de todo lo que me rodea y que busque en mí lo que realmente importa. Me sueño allí y ya me siento bien.







martes, 12 de agosto de 2014

A LOS PIES DEL URRIELLU

Hay un Pico en Asturias que es conocido por montañeros de todo el mundo, es el Picu Urriellu, también llamado “Naranjo de Bulnes”, la verdad es que no deja indiferente a nadie, a unos por el deseo de lograr su cima, a otros por su forma, y a mí porque algo tiene de mágico que siempre me atrajo, tanto es así que siempre planeo un momento y un lugar para disfrutarlo.

En Asturias existen varios lugares desde donde podemos contemplar el Urriellu con sólo acercarnos en coche, en Llanes conozco cuatro puntos desde donde se puede ver, en el pueblo de La Malatería, en la sierra plana de Carriles, desde el alto del Torno (carretera de La Nueva a Corao) y también desde los acantilados de Villanueva de Pria y Picones, (impresiona poder ver el Urriellu y estar al lado del mar), en el concejo de Cabrales desde el mirador del Pozo de la Oración, desde los pueblos de Poo y Asiego, y también desde Camarmeña desde donde pude contemplar una tarde al caer el sol como éste iba tomando una tonalidad anaranjada, fue emocionante.

Esta vez ya no me bastaba verlo de lejos, tenía necesidad de verme allí arriba, a sus pies, para ello después de consultar las previsiones meteorológicas encontramos el día adecuado, verano, un día completo de sol, sin una nube ni previsiones de niebla.

Madrugamos para iniciar la subida con el frescor de la mañana y evitar las mayores horas de calor, pero en el tramo final el sol ya calentaba bastante. 

 
Majada la Tenerosa y las praderías de Bulnes


Majada La Tenerosa con el refugio y Picos Albos

Nuestro punto de partida fue la majada del Texu que está a los pies del pueblo de Sotres. De allí tomamos dirección a la majada de Pandebano  por una pista ganadera, al final había que dejar la pista y subir unos metros hasta alcanzar la loma, allí nos estaba esperando el Urriellu, ya lo veíamos, nos indicaba el camino a seguir. Tomamos la senda hacia la majada de La Tenerosa (1315 m) donde existe un refugio y también una fuente, allí pudimos hacer provisión de agua ya que no la íbamos a encontrar en todo el camino. 

Monte La Varera, Picos albos y la cumbre del Urriellu


Dejando atrás La Tenerosa atravesamos el monte La Varera, y enseguida llegamos al Collau Vallejo, a partir de aquí el camino cambió para hacerse más agreste, ya habíamos dejado atrás las majadas con sus praderas y ahora estábamos en un sendero arañado a la roca y a una altura impresionante, las vistas también impresionaban, al oeste el Neverón del Urriellu, los Picos Albos, al sur el Urriellu, abajo Bulnes, a lo lejos Ondón, atrás Peña Maín, también vimos un grupo de personas que descendía muy lentamente hacia Bulnes por Camburero, esta senda parte del pueblo de Bulnes a la vega del Urriellu, el camino era muy pendiente y parecía dificultoso. 

Desde Collau Vallejo las Traviesas, Picu Urriellu y el Neverón del Urriellu


El Urriellu durante toda la subida nos mostraba su cara norte, se veía cercano, pero nos esperaba todavía bastante trayecto y deberíamos ir con cuidado, estábamos a mucha altura. Pasando la zona que llaman Las Traviesas comenzamos a subir en zig-zags encima teníamos el Urriellu pero se hacía desear, el sol calentaba bastante y el camino se nos hacía más costoso. Y por fin vimos el refugio (1960 m), ya habíamos llegado a la vega del Urriellu. 

Picu Urriellu - Cara norte


Estábamos a los pies del Urriellu, y aunque durante todo el camino no nos cansábamos de mirarlo, estar debajo de él impresionaba aún más. Echamos una mirada atrás, por donde habíamos llegado, en ese momento era tan grande la satisfacción que todo lo pasado para llegar hasta allí se nos había olvidado. Todos nuestros sentidos eran para captar todo lo que había a nuestro alrededor, no queríamos perdernos nada.

Llegando, ya se ve el Refugio

Picu Urriellu - Cara oeste


Nos refrescamos en la fuente y buscamos un lugar donde poder comer y disfrutar de las vistas que desde allí se nos ofrecían, se podían ver a nuestra izquierda el Neverón del Urriellu, Los Picos Albos, abajo las praderías de Bulnes, enfrente Peña Maín y al fondo la Sierra del Cuera que separa Llanes de Cabrales, en todo lo que alcanzábamos a ver el cielo completamente azul, solamente se podía ver una línea muy fina de nubes que dibujaba el contorno de la Sierra, esto quería decir que detrás de ella, en el concejo de Llanes, había nubes y el Cuera hacía de barrera, solamente al ir avanzando la tarde consiguieron saltar la barrera para adentrarse en Cabrales, pero esto muy tímidamente. Detrás y marcando una línea muy fina con el azul del cielo vimos el mar Cantábrico. 

Desde la Vega del Urriellu, Peña Maín y Sierra del Cuera


Detrás nuestro teníamos el Urriellu, el sol lucía radiante detrás de él, y dos grupos de escaladores hacían lo posible para llegar a la cima, unos por su parte suroeste ya estaban muy arriba, el otro grupo estaban filmando la escalada de una mujer que estaba intentando la subida por la cara más difícil, la cara oeste, desde abajo se les oía hablar, era muy curioso pero se les oía perfectamente aunque estaban a media altura.

Picu Urriellu y Refugio


En la vega se veían varios corros de piedras donde los montañeros se cobijan para dormir a veces sin más techo que la noche estrellada, debe de ser muy bonito.


Vega del Urriellu

Vega del Urriellu - Neverón del Urriellu


También pudimos comprobar como conviven dos medios de transporte, el antiguo y el moderno, estando allí llegó el helicóptero de los bomberos y al poco tiempo, apareció por el mismo camino por el que antes habíamos llegamos nosotros, un porteador con un par de mulas que venían cargadas y me imagino que de comida.


Neverón del Urriellu


Nosotros aunque estábamos en una nube tuvimos que bajar del encantamiento para poner rumbo otra vez hacia abajo, todavía nos quedaban unas tres horas de camino, repostamos agua otra vez y nos despedimos del lugar aunque no del Urriellu que nos acompañaría casi todo el viaje hasta llegar a Pandébano, aunque esta vez nos acompañará para siempre ya que allá donde estemos y aunque no lo veamos, podremos recordar este día.