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miércoles, 12 de febrero de 2014

CUALQUIER DIA ES BUENO PARA IR A LOS LAGOS



Siempre hay un lugar que te llena, que llevas en el corazón, que recuerdas con agrado cuando estás en casa y al que deseas volver. Yo tengo dos lugares que me producen paz y alegría, uno de estos lugares es estar viendo el picu Urriellu en Camarmeña, Cabrales, mejor aún en la majada de Ondón aunque más costoso, y el otro, Los Lagos de Covadonga.

Todos los años subo a Los Lagos, a veces más de una vez, en primavera, en invierno, cualquier época del año es un buen momento. Para mí, verme allí es un motivo de felicidad. Esta vez como había nevado, la disculpa fue ver la nieve y hacer fotos.

Disfruté mucho del viaje, pasar Arriondas y ver asomar a lo lejos los Picos nevados para mí ya fue motivo de alegría. Pasar delante de pueblinos como Soto de Cangas y La Riera de Covadonga con sus casas de piedra y sus típicos corredores llenos de flores y el río Covadonga a los pies de algunas de ellas, es precioso.




Llegamos a Covadonga, siempre me impresiona la Basílica, en un valle tan cerrado entre arboleda, se eleva majestuosa con su piedra rojiza, y en un día de sol como hacía, estaba preciosa. Pero la sonrisa enseguida me desapareció de la cara, pues vimos que había un cartel que indicaba que la carretera a Los Lagos estaba cerrada por nieve, nos quedamos de piedra, no podía ser, no se veía nada de nieve en lo que alcanzaba a ver la vista, además, me habían comentado que todos los días pasaban la máquina quitanieves. Me quedé mirando al cartel durante un buen tiempo como si mirando para él se fuera a cambiar por otro que dijera “vía libre a Los Lagos”. 

No había nada que hacer y como había que aprovechar el día nos dirigimos a ver La Santina y dar un paseo por el entorno. 
No me resignaba a no subir a los Lagos, no me creía que el acceso estuviera cerrado por nieve. Desde lo lejos controlaba para ver si había circulación de coches hacia allí y de tanto mirar la alegría volvió a mí, vi que un coche bajaba, luego otros más, y otros no haciendo caso al cartel pasaron de largo carretera arriba. ¿Qué pasaba? ¿Estaba cortada o se les había olvidado el cartel de otro día allí? Ya no importaba, la decisión estaba tomada, subiríamos hasta donde pudiéramos.

Fuimos carretera arriba, ni rastro de nieve, pasamos la cuesta de La Huesera y el Mirador de la Reina y la nieve se veía muy lejos, en los picos. Un Km más arriba ya se comenzaba a ver algo de nieve en los alrededores, poca cosa, pero enseguida apareció en la carretera y estaba helada, era poca pero sí lo suficiente para que por precaución aparcáramos el coche. A partir de aquí la subida a pie, cambiamos el calzado, nos abrigamos, y a pisar nieve. 




Pisamos la nieve pero tampoco tanta, tuvimos que subir por el arcén donde más había depositada dado que la poca que estaba en la carretera estaba helada y era imposible mantenerse en pie. A unos pocos metros la carretera ya estaba limpia de nieve, el sol había trabajado lo suyo. 
Llegamos al lago Enol, asombroso, no había casi nieve, pero la alegría de verme allí ya era suficiente, para mí estaba igualmente precioso. 





Subimos tranquilamente hacia el lago Ercina, no sin que los que me acompañaban tuvieran que escuchar, una vez más, mis quejas sobre las construcciones que se levantaron en el aparcamiento que está un poco más abajo del Enol y  sobre las escaleras para subir del Enol al Ercina, tenemos que padecer que tengan que urbanizar hasta los Lagos, esperemos que todo quede en esto y no sigan más. Cuando hablaban de preservar los Lagos no me imaginaba que se referían a esto, no tenemos la misma idea sobre lo que es preservar.  Y no digamos cuando se llega al Ercina, casi no se ve el lago, si ya hicieron un aparcamiento más abajo, qué necesidad de urbanizar esto, con obligar a dejar los coches en el aparcamiento ya estaba bien.

Pero para no estropear el día, decidí que esto no existía y volví a hacer mi entrada en el Lago.
Que placer llegar al Ercina, mirar el lago, levantar la vista hacia los picos nevados, el cielo azul salpicado de unas pocas nubes blancas, el día caliente y sin viento, pisar la poca nieve que había, unas fotos, una buena compañía, poca gente que interrumpiera el momento, que más se podía pedir. Sí se podía pedir más, volver otro día y disfrutar de otro momento y de este paisaje que aunque entonces esté diferente, seguro que será precioso.


lunes, 15 de julio de 2013

LA FARRAPONA




Este lugar se dio a conocer con la Vuelta Ciclista a España del 2011, no sabía ni donde quedaba, luego ya me informé, estaba en Somiedo, y estando en este concejo seguro que era un sitio espectacular. Mi sorpresa fue que estaba en el famoso Valle de Saliencia, un sitio que hacía tiempo que quería ir y la sorpresa fue mayor al saber que los lagos estaban allí mismo.
Con el tiempo fui y me impresionó mucho, tanto que hoy os propongo ir porque sé que no os defraudará lo que vais a ver, lo tiene todo, paisaje, lagos, tranquilidad.
Para llegar al concejo de Somiedo, podéis ir por Belmonte de Miranda, también podéis llegar por el puerto San Lorenzo en Teverga, este puerto es un punto de partida para iniciar la famosa ruta de la Calzada Romana de la Mesa, y también podéis ir por la vecina provincia de León cogiendo la primera salida de la autopista, pasar por Sena de Luna, Santo Emiliano, llegar a Piedrafita de Babia, y de aquí desviaros hasta  Puerto ya en el alto, en Somiedo y de allí bajar hasta la poblacion de Pola de Somiedo; esta zona es preciosa, en principio con el pantano, luego con su rio que discurre al lado de la carretera, con sus peñas blancas y sus pequeños pueblos todos de piedra y por último bajar el puerto de Somiedo, si vais por aquí no perder detalle de lo que veis durante el trayecto, seguro que volveréis por la zona. 


La desviación a La Farrapona se encuentra bien indicada, está cerca del pueblo de Pola de Somiedo, al lado de una pequeña presa, allí veréis la señal que indica al Valle de Saliencia y a La Farrapona. 
La entrada en el Valle impresiona ya que hay que atravesar un túnel para acceder a él, y también el primer pueblo Veigas, ya que en medio del pueblo se pueden ver las famosas cabañas de teitos de escoba aquí podeís hacer una pequeña parada para ver el pueblo y tomar algo.  
A partir de aquí todo subir, la carretera es ancha, no hay problema, el último pueblo es Saliencia, (tomar nota para la vuelta), seguir subiendo, a partir de aquí la pendiente ya es más pronunciada, y las vistas al ir cogiendo altura van siendo más espectaculares. Al llegar al alto se termina la carretera y continúa una pista que sigue hasta el pueblo leonés de Torrestío, para ir allí habrá que disponer de un coche todoterreno o ir caminando, de momento no conozco esta zona, hay que dejar sitios sin ver para obligarse a volver.
 

El itinerario que os propongo, además de disfrutar de las vistas que se ofrecen desde el alto, es subir a ver Los Lagos, los famosos Lagos de Somiedo o de Saliencia. Para ver el primer lago, La Cueva, seguir una pista que sale del aparcamiento, está a menos de 1 km. Al llegar allí comprobaréis que en ese lugar antiguamente había unas minas de hierro porque existen restos de edificaciones y hay una pista que sube montaña arriba que está hecha de escombros rojizos de la mina, la verdad es que a pesar de todo esto el sitio es precioso. Deberéis subir por la pista para poder ver los demás lagos. El día que fui hacía mucho calor y el escombro de la pista desprendía más calor todavía pero mereció la pena. La verdad es que no es mucho trayecto, subir entretenidos mirando el lago que queda abajo, el lago se va viendo diferente según tomáis altura pues se va viendo desde ángulos distintos, y casi sin daros cuenta estaréis en el alto, y ya desde ahí hasta los otros dos lagos unos pocos metros. Los lagos, Cerveiriz y Calabazosa están juntos, podréis encontrar un punto donde ver los dos a la vez.
Como es un sitio poco frecuentado, ya que la mayor parte de la gente se queda en el primer lago, os encontraréis allí arriba solos con todas las montañas a vuestro alrededor y los lagos a vuestros pies sin más sonido que algún pájaro, me dije que estaba oyendo el silencio, algo que solo otra vez pude experimentar y que ya os contaré, es algo que no se puede contar, hay que experimentarlo. Disfrutar de las vistas, del momento y llenaros de todo lo que veis y sentís para que podáis disfrutar de ello en cualquier momento cuando no estéis allí.
Cuando vayáis de vuelta no marchar corriendo, seguir disfrutando del paisaje pues os daréis cuenta que no es el mismo para subir que para bajar, la perspectiva es diferente y las sensaciones también.

Perdonar por la calidad de las fotos que hice, no son buenas ya que están hechas con mi iPod pero valen para daros una idea de lo que vereis.