miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA ESTACION DE LOS COLORES



El otoño se consideró siempre la estación triste del año, los días se hacen más cortos y la luz intensa del verano se apaga, el sol calienta menos y llegan las primeras lluvias. Esta estación además es la gran olvidada, pasamos por ella sin apreciarla pensando ya en la nieve o en las navidades. Digo que es la gran olvidada y además que pocos la disfrutan porque las demás estaciones se desea que lleguen y luego se viven, se aproxima la primavera y la gente ya está pensando en ella, está deseando que llegue, sobre todo si el invierno fue frio, se vive con alegría disfrutando de los primeros rayos del sol y las primeras flores;  según pasa el tiempo y calienta el sol ya se piensa en el verano, sinónimo de calor, playa y vacaciones, estamos ansiosos de que este llegue y se quede; pero cuando llega septiembre decimos “enseguida llega el invierno”, “enseguida están ahí las navidades”, nadie habla del otoño, pasamos por él sin pena ni gloria.
El otoño existe, y ya está aquí, se nota, se ve, y aquí, en Asturias con toda la naturaleza que tenemos alrededor es impresionante. Hay que aprender a disfrutar de él, hay que cambiar el chip y cuando notemos que se acaba el verano decir, “enseguida habrá que comenzar a organizar rutas para salir a disfrutar de los colores del paisaje” o “que bien, ya llega el otoño, saldré con mi cámara a la caza de la mejor foto”.


Para cambiar el chip, salir de la ciudad y dirigiros al campo, no hace falta que hagáis una ruta larga, podéis dar un pequeño paseo entre árboles, la orilla de un rio también puede ser un buen lugar, podéis subir a un sitio alto para contemplar los valles llenos de colores y desde allí dar un paseo, una buena idea sería adentraros en un bosque pero cualquier sitio puede ser bueno. Observar lo que veis a vuestro alrededor, podréis comprobar que gama de colores, dependiendo del tipo de árbol o de lo avanzado que esté el otoño, comprobar la cantidad de colores ocres que se pueden observar mezclados aún con algún verde de los árboles que todavía no perdieron su color, es impresionante. Absorber lo que la naturaleza os regala, respirar hondo y dejar que el paisaje entre en vosotros, y escuchar, siempre se oye algo, pueden ser vuestras pisadas sobre el sendero de hojas caídas, pueden ser las hojas de los árboles mecidas por el viento, o algún pájaro, o varios, si conseguís oír algo y además disfrutais de la variedad de colores que hay a vuestro alrededor ya habréis conseguido que el otoño entre en vosotros como algo bueno y algo que admirar, ya estaréis cambiando el chip.

Además de color, el otoño también os regala sus frutos, no es raro que os encontréis en vuestro paseo con bellotas, nueces, avellanas y castañas, podéis pasar un buen rato recogiendo castañas es una actividad relajante y adictiva, además al llegar a casa os dará un buen entretenimiento en la cocina además del gusto de saborearlas.


Otro día podréis volver al mismo lugar y el paisaje ya no será el mismo, los colores ya no serán los mismos y las sensaciones también serán diferentes; podréis comprobar que según pasan los días y los árboles se quedan desnudos veréis a través de ellos lo que no veíais cuando estos estaban con hojas, os dejará ver lo que estaba oculto, lo que hay detrás, esto que a mí me resulta muy bonito, quizás a vosotros también.

Salir a encontraros con el otoño no esperéis que pase, salir a buscar vuestra ruta de colores preferida, quizás encontréis varias. Espero que al final, cuando se termine el otoño, la idea que teníais de esta estación haya cambiado, si es así, seguro que también habéis  cambiado vosotros, y el próximo año cuando termine el verano diréis “ya estamos en otoño la estación de los colores”.