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sábado, 15 de enero de 2022

MAZO DE MEREDO Y RIO SUARON






Allí estabas, abajo, escondido entre la arboleda, silencioso hoy, no estabas solo, allí, a tus pies, estaba tu eterno acompañante, el Suarón, siempre fiel, esperando le vuelvas a decir ven, ven y juntos vamos a demostrar quienes somos.

Allí estabas, abajo, allí apareciste, entre castaños y árboles de ribera, allí te vi con tus mejores galas, iluminado por el sol que se filtraba entre la arboleda y arrullado por tu eterno acompañante, el Suarón.

Allí estabas, abajo, callado, te rescataron de un sueño eterno y te vistieron tus mejores galas para exhibirte, pero ahí estabas, silencioso. Cuentan tu historia, cuentan quien eras, cuentan… pero allí estabas, callado.

Allí estabas, abajo, callado, escondido entre la arboleda y el Suarón a tus pies, esperando, un día alguien te diga, vamos, sigue haciendo historia.






El Mazo de Meredo o de Suarón está en el municipio de Vegadeo, habrá que llegar a la población de Vegadeo (capital del municipio), para allí tomar la carretera AS-22 dirección Boal. Llegar a Piantón y girar a la derecha por la carretera CP-4, el Mazo está aproximadamente 1 km antes de llegar a Meredo.

miércoles, 3 de julio de 2013

ERMITA DE SAN EMETERIO



En la costa del concejo de Ribadedeva, oriente de Asturias, en Pimiango hay una ermita que pocas personas en Asturias, a parte de las del lugar saben de ella, fue dada a conocer en una famosa película, “El Abuelo”, de José Luis Garci, interpretada por Fernando Fernán Gómez y Cayetana Guillen Cuervo. Una importante escena de esta película se rodó en los soportales de esta ermita de San Emeterio. Desde ese momento he querido conocer donde estaba y hace unos años y de forma casual me encontré ante ella. 



Hoy he querido volver a ese sitio, el lugar donde está es precioso, al lado de unos acantilados y rodeada de un bosque de encinas. También decir que allí al lado está la Cueva del Pindal, considerada desde el 2008 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y de la que hablaré en otro momento ya que aún no la conozco, aunque de este año no pasa.
Detrás de la ermita una pequeña ruta o mejor dicho un pequeño paseo a las ruinas de un monasterio cisterciense, Santa María de Tina, la verdad es que es un milagro que estas ruinas sigan en pie.
El recorrido hasta allí es precioso, atravesaremos un bosque de encinas, a medio camino cruzaremos un pequeño puente desde donde podremos ver en época de lluvias, una pequeña cascada de agua y como  desde allí mismo  ese agua cae al mar. 
Enseguida llegamos a las ruinas del monasterio que aparecen en medio de la vegetación casi milagrosamente; es fácil sentirse exploradores por un día, e imaginarse como sería ese monasterio en sus tiempos. Desde aqui oímos que el mar suena cerca de nosotros, seguimos caminando entre las encinas y enseguida nos vemos encima de la mar. Es impresionante vernos en medio de un bosque de encinas y el mar a nuestros pies todo eso con el sonido de la naturaleza acompañándonos.



Cuando emprendía el regreso me encontré con un grupo de personas, un señor me preguntó ¿falta mucho para llegar al monasterio?, no, contesté, no, está a pocos metros de aquí, ¿dan algo allí? me preguntó, yo levanté las manos y le señalé el paisaje que nos rodeaba, y le dije, el sonido de los pájaros, la brisa, el ruido del mar, ¿le parece poco?, y después de ver las ruinas diríjase a los acantilados es precioso, las mujeres que iban con él me sonrieron y me dijeron, tiene razón, el paisaje ya es el regalo.