Ya
dejamos atrás las vacaciones, pero a pesar de todo, a pesar de que no hace
mucho que las dejamos atrás, necesitamos un cambio, una pausa, un desconectar
del mundo, encontrarnos con la naturaleza, escapar y perdernos por los caminos,
sentir nuestras pisadas y saber que estamos aquí y que
necesitamos tomar conciencia de que somos los mismos de siempre pero que nos
dejamos arrastrar por los que dirigen este mundo, que hace poco que terminamos nuestras vacaciones y ya nos
damos cuenta que estamos atrapados.
Con
qué facilidad nos engulle este mundo creado para que dejemos de existir, con
qué facilidad y sin darnos cuenta dejamos de pensar en nosotros mismos, con que
facilidad nos llevan los que nos dirigen hacia lo que quieren que pensemos y
opinemos, hasta que un día tenemos la suerte de encontrar un minuto para pensar
y sentimos que necesitamos estar solos, solos con la naturaleza, solos con
nosotros mismos, que necesitamos poner los pies en la tierra, que necesitamos
tomar conciencia de que lo realmente importante en esta vida somos nosotros,
que lo único que necesitamos es querer y sentirnos queridos, de sentirnos
felices con las pequeñas cosas que tenemos, ese día decidimos escapar, buscar
un lugar cercano y tranquilo y solamente pedimos tener un lugar donde poder dormir
tranquilamente, ver las estrellas y tener paz.
Cerca
de donde nos encontramos y sin necesidad de ir muy lejos, seguro podremos
encontrar un lugar para no pensar, un lugar para estar con nosotros mismos. Hoy
sueño con un lugar en la montaña, a cada cual le apetecerá el suyo, yo me veo
en plenos Picos de Europa, en CAMARMEÑA, una aldea con sus casas colgadas de la
montaña, una aldea del municipio de Cabrales.
Me sueño allí viendo caer la
tarde con el Urriellu enfrente de mí, viendo como los últimos rayos de sol se
reflejan en él haciendo resaltar sus tonalidades anaranjadas. Me sueño allí observando
como al caer la tarde aparecen planeando en el aire las águilas con
su vuelo tranquilo diciéndonos que hay silencio y tranquilidad, que se acerca
la noche y estamos solos. Me sueño allí
en la oscuridad de la noche sin otro sonido que el de los grillos y
disfrutando de las estrellas. Me sueño allí en sueño profundo, tranquilo y
reparador. Me sueño allí despertándome con las primeras horas del día y ver que
allí está el Urriellu con otra luz y otro color. Me sueño allí … y me siento
feliz, no existe nada más que lo que tengo a mi alrededor, esa naturaleza que
me dice que soy pequeño e insignificante ante la grandiosidad de lo que me
rodea, esa naturaleza que me dice que disfrute, me serene y que soy yo quien
vive aquí, que soy importante porque puedo disfrutar de todo lo que me rodea y
que busque en mí lo que realmente importa. Me sueño allí y ya me siento bien.
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