En
el occidente de Asturias, limitando ya con Galicia, se encuentra el municipio
de Grandas de Salime, lugar de paso de peregrinos que por el Camino Primitivo
se dirigen a Santiago. Este municipio pasó a ser conocido, o al menos a ser
nombrado, gracias a su museo etnográfico, hoy día aunque pocos hayan acudido a
verlo, al menos saben que existe y que está en Grandas de Salime.
Decidimos
ir a visitar el museo etnográfico y así conocer algo de este municipio
desconocido.
Para
ir manejamos dos opciones y las dos fueron válidas, iríamos por un lado y
volveríamos por el otro, o sea, haríamos un circuito, así conoceríamos más
Asturias, iríamos por Pola de Allande y volveríamos por Navia.
En
Oviedo tomamos la autovía A-63, Grado – La Espina, en Dóriga nos desviamos por
la AS-15 a Soto de la Barca, pasamos al lado del embalse de La Barca, el día
estaba soleado y pudimos disfrutar de una bonita estampa del embalse rodeado de
arboleda reflejándose en el agua, precioso. Continuamos el viaje y llegamos a
Puente del Infierno, aquí tomamos desvío a la derecha, tomando la AS-14
dirección Pola de Allande, otra gran desconocida, aquí hicimos una parada para
estirar las piernas y tomar algo en la Nueva Allandesa, restaurante famoso por
su buena cocina. Había que continuar, seguimos dirección a Grandas de Salime,
había que comenzar a subir el puerto del Palo, un puerto largo pero como
disfrutábamos de un buen día se nos hizo grato el viaje disfrutando del
paisaje, es lo que tiene el ir por carreteras secundarias, que al ir más
despacio se puede disfrutar más del paisaje.
Llegamos
al embalse de Grandas, estaba precioso y a tope de agua, esta fue parada
obligada. No es un embalse cualquiera ya que aquí se puede ver el trabajo que
supuso en los años 40 su construcción, impresiona ver a un lado de la montaña,
como haciendo equilibrios para sujetarse a ella aún los restos de los silos, tolvas
y demás edificios que fueron necesarios para su construcción, decir que el
cemento se hizo a pie de obra y los materiales para hacerlo se traían en barcos
hasta Navia y hasta aquí en teleférico, en su día tuvo que ser una obra faraónica.
Seguimos carretera adelante y paramos en el alto para disfrutar de
las panorámicas sobre el embalse.
Llegamos
a Grandas de Salime, una población no muy grande con los típicos tejados de
pizarra negra, antes de comer un paseo por esta población que es cruce de
caminos, a la derecha hacia Pesoz y Navia, enfrente la salida hacia Fonsagrada
ya en la Provincia de Lugo, no muy lejos de allí está el límite de Asturias con
Galicia.
Visitamos
la colegiata del Salvador parada obligada de peregrinos. De la primitiva iglesia fechada en el siglo XII se conserva una portada románica, unas gárgolas y una pila bautismal. Al salir de aquí buscamos donde
comer, había que comer pronto para ir al museo etnográfico.
Después
de una buena comida la tarde la dedicamos a la visita al museo etnográfico en
La Rectoral, es precioso, disfrutamos mucho además tiene tanto que ver que nos
llevó la tarde, es grande, recomendable para todas las edades, no defrauda a
nadie. Puedo decir que no es una exposición de piezas antiguas, allí se puede
ver cada utensilio en su ambiente natural, hay barbería, zapatería, sastrería, sifonería,
una tienda-bar, una escuela, la casa con su llar, su habitación completa,…
podría seguir pero mejor ir a verlo.
Después
de una entretenida tarde en el museo etnográfico tocaba la vuelta a casa, no
nos quedaba tiempo para ver el yacimiento arqueológico de Chao Sanmartín ni su
museo, habría que volver. Para la vuelta a casa tomamos carretera en dirección
Navia pasando por Pesoz y Boal, otros lugares que no conocíamos y que habrá que
visitar y dedicarles tiempo.
Llegamos
a casa sabiendo que volveríamos, lo pasamos bien y lejos de los típicos lugares
turísticos y llenos de gente, Asturias es algo más que playas, el interior de
Asturias se encuentran lugares para disfrutar y para no olvidar.
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