Os
propongo una ruta por la orilla del mar que no podéis dejar de hacer, se trata
de ir desde la playa de San Juan de Nieva hasta Sta. María del Mar todo ello en
el concejo de Castrillón. Hace unos meses, os sugerí ir a conocer la playa de
Xagó y bordear desde allí la costa hasta el faro de Avilés, ahora, el
paseo continúa por otra orilla del puerto.
Os recomiendo iniciar la ruta desde la desembocadura de la ría de Avilés, al lado de la playa de San Juan de Nieva, así podréis disfrutar de unas maravillosas vistas sobre la playa
de San
Juan, Espartal y Salinas, y también sobre el faro de Avilés que está a
la otra
orilla de la ría, y si tenéis suerte podréis ver entrar algún barco
grande en
el puerto, es un buen sitio para esto ya que la ría es
estrecha, no os encontraréis solos ya que esta zona es frecuentada por
pescadores, da gusto dar un paseo por allí, hay
mucha tranquilidad y si es un buen día de sol y que no sople fuerte el aire
pues fenomenal.
Podéis empezar esta pequeña ruta cruzando toda la playa de San Juan de Nieva, o ir por la zona dunar (existen unas pasarelas de madera para proteger esta zona ya que está declarada monumento natural), también podéis hacer una parte de la ruta a pie y otra en coche si es que vais con niños. Nosotros esta vez la ruta fue parte a pie y otra en coche, paseamos por la playa desde San Juan hasta Salinas para luego volver a por el coche e ir desde la playa de Arnao hasta Sta. María del Mar por la senda costera.
La
playa de San Juan es un lugar donde acuden muchos surfistas ya que es una zona
de bastante oleaje, y esta vez no iba a ser menos, alguno había, allí estuve un
buen rato disfrutando viéndolos surcar las olas. También es una playa donde
acude mucha gente a pasear y últimamente mucha más ya que cuando sube la marea
la playa de Salinas se queda sin arena donde pisar, entonces el lugar de paseo
es desde el Espartal hasta San Juan.
Hace
ya bastantes años que la playa de Salinas se fue quedando sin arena, con los
últimos temporales de este año la playa del Espartal y San Juan perdieron
también sus arenas, las dunas fueron afectadas por la zona que da al mar y se
destruyeron parte de las pasarelas y miradores que se había construido, el mar
hizo estragos, también parte de un espigón fue arrasado. La verdad es que
cuando la mar se enfurece parece que todo es de juguete.
Volvimos
sobre nuestros pies para coger el coche, era la hora de comer y nos dirigimos a un área recreativa que
hay a la entrada de Salinas, allí comimos a la sombra de unos pinos y luego
todavía dimos un paseo por el muro de la playa e hicimos las fotos de rigor.
Mucho
cambió la playa de Salinas. Hace ya bastantes años, sobre todo por la zona del
Espartal, se podía ver como en algunas zonas la arena casi llegaba a la acera
del paseo marítimo, al final del invierno esta aparecía en la puerta de los
chalets que están en primera línea, hoy en día hay que bajar y bastante para poder pisarla. Por mucha arena
que traigan para reponer, nunca llegará a tener lo que allí había.
Seguimos
en coche dejando atrás la playa de Salinas y el Museo de las anclas. Deciros también
que hace bastantes años, el lugar donde hoy se encuentra este museo al aire
libre, era un lugar para disfrute de la gente que iba a pasar el día en playa,
subían después del baño a comer en la pradera y disfrutar de las preciosas vistas que desde
allí se divisan; el puente que va al mirador y que ahora es rígido era entonces
colgante (la verdad es que daba un poco de miedo cruzar por él).
Cruzamos
el túnel que separa Salinas de Arnao y nos dirigimos en dirección a la playa, no
hay problema de aparcamiento ya que acondicionaron un espacio para ello.
Deciros
que el pueblo de Arnao está considerado
como patrimonio histórico industrial; los propietarios de la mina, crearon este
poblado que consta de: castillete, fábrica, viviendas para obreros, vivienda
para el director, escuelas, economato, hospitalillo, casino, laboratorio; todo
esto en el fondo era para poder tener control sobre los trabajadores; en Asturias existen
otros poblados de este tipo: Bustiello (Mieres) y Solvay (Lieres).
Al
llegar a la playa nos quedamos impresionados por los estragos que hicieron los
temporales, hace unos meses era una playa de arena, hoy, no queda nada, es todo
roca. Aquí sí que había muchos surfistas, estaba la mar propicia para ellos, daba
gusto verlos cabalgar sobre las olas. Comentaros que en esta playa se encuentra
un arrecife del devónico de alto valor geológico, hay unos carteles que nos dan
una explicación de lo que esto es y representa.
En
la playa destaca el castillete minero de la que fue la primera mina de carbón
submarina de extracción vertical, hoy en día, se encuentra ubicado el Museo de la mina de Arnao y se puede bajar en jaula a visitar las galerías (nosotros tendremos
que volver otro día, ya que estaba cerrado temporalmente).
Seguimos
en ruta. Detrás del castillete minero hay unas escaleras que es donde comienza
la senda costera, es una pequeña subida que aprovechamos para tomar vista sobre
toda la costa hasta el faro de Avilés.
El
sol aunque calentaba ya empezaba a bajar, y la bruma del mar comenzaba a hacer
su aparición, ya no podíamos pararnos mucho ya que debíamos llegar a Sta. María
del Mar y volver otra vez a Arnao. Menos mal que la ruta no tenía mucha
complicación, es una senda fácil de hacer, alguna que otra subida y bajada pero
de corto trayecto, y casi sin darnos cuenta nos encontramos en Sta. María del
Mar, la playa ya estaba desierta.
Parece
que esta senda tiene mucha aceptación ya que nos encontramos con bastante gente,
muchos parecían ser del pueblo que salen a dar un paseo y ver el mar.
Nosotros
pasamos un buen día, pisamos la arena, nos entretuvimos con los surfistas, vimos
los estragos que hizo el mar enfurecido, conocimos un poco de historia y naturaleza
de Arnao, y disfrutamos de un buen día de sol y de unas vistas preciosas de las
playas y los acantilados, que suerte poder bordear la costa sin problemas de
encontrarnos con propiedades particulares, podemos decir que la costa de
Asturias es para el disfrute de todos.
La
vuelta fue por el mismo sitio pero no le ponemos ninguna pega ya que el paisaje
es precioso y volver a verlo otra vez no es ningún problema.