Salimos
de casa con la idea de hacer carretera y dirigirnos hacia donde las sensaciones
y emociones del momento nos llevaran, nuestro punto de partida sería el extremo
más oriental de nuestra comunidad, Panes, capital de la Peñamellera Baja, y nuestro
itinerario a partir de aquí se iría improvisando sobre la marcha.
Comenzamos
en Panes paseando por el Arboretum y disfrutando del río, vimos como este
pueblo está rodeado de montañas por todos lados, un pico en particular nos
llamó mucho la atención, se levantaba solitario hacia el oeste, a grandes
rasgos su silueta nos recordó el Urriellu, era la Pica Peñamellera.
Continuamos
nuestra ruta y nos dirigimos hacia el pueblo de Alevia, desde allí divisamos
una espectacular panorámica de todo el valle y desde allí el Picu Peñamellera
nos llamaba aún más la atención, seguro algún día subiríamos allí pero esta
vez tocaba ruta en coche.
El
último lugar al que fuimos ese día fue el pueblo de Bores, se encuentra situado
a los pies de la Pica Peñamellera, esta nos atrajo fuertemente desde el primer
momento en que la vimos y allí estábamos a sus pies. Habíamos pasado el día
dirigiéndonos de un lado a otro y dejándonos llevar por el paisaje y las
sensaciones por lo tanto, no podíamos terminar el día con un mal sabor de boca,
seguiríamos dejándonos llevar por las emociones. Después de evaluar el tiempo que nos llevaría subir hasta allí y lo que aún duraría
la luz del día decidimos hacer una pequeña excursión hacia el Picu, sólo
necesitábamos unas botas de montaña, pero no había problema, estas ya son un
elemento más de nuestro coche, las
ganas también las teníamos.
La
subida por pista ganadera nos resultó rápida y fácil, enseguida ganamos altura
y nos encontramos a los pies del Peñamellera, en el Cantu Collar, el pico
parece de difícil acceso, pero eso ya quedaba para los trepa riscos, nosotros ya nos
dábamos por contentos con estar allí. Las vistas espectaculares, a un lado
Peñamellera Baja con Bores a nuestros pies, al otro Peñamellera Alta, el pueblo
de Mier estaba allá abajo a la orilla del río Cares.
Las
nubes que habían hecho su aparición se fueron dejándonos un final de tarde
soleado y eso nos animó a continuar la ruta, seguimos la pista, nuestro camino
se unió a otro “Camino Natural” GR-109 que une las capitales de las dos
Peñamelleras, Alles y Panes.
La
pista discurría por la otra vertiente oeste de la montaña, las vistas esta vez
eran del municipio de Peñamellera Alta desde aquí pudimos contemplar su
orografía y pudimos entender un poco la localización de sus pueblos, algún día los
recorreremos.
Esta
ruta no es dificultosa en cuanto se coge altura el camino es llano, encontramos
unas cabañas ganaderas donde el camino toma un poco de altura pero luego a
partir de aquí hasta Bores es todo bajada. Puede llevar a confusión al bajar
los cruces de caminos ya que el GR 109 y nuestro camino se dividen pero los dos
se vuelven a unir un poco más abajo, terminan las dos en Bores.
Mereció
la pena esta pequeña excursión, las vistas desde arriba espectaculares, al norte
la Sierra del Cuera frontera con los municipios de Llanes y Ribadedeva, la Pica
Peñamellera con las dos Peñamelleras, el río Cáres en su tramo final y el
macizo oriental de los Picos de Europa o Macizo de Andara al sur.
Esta ruta se puede completar subiendo a las minas de Argayón para desde allí poder contemplar el corazón de los Picos de Europa o seguir hasta el pueblo de Cuñaba enclavado en los Picos muy cerca del límite con la provincia de Cantabria.